El gobierno autorizó la importación de 50.000 vehículos híbridos y eléctricos con beneficios arancelarios. Hay 33 modelos habilitados de 18 marcas. Buscan fomentar la movilidad sustentable.

En una medida que apunta a fomentar la movilidad sustentable, el Gobierno nacional aprobó el ingreso al país de 50.000 vehículos eléctricos e híbridos con aranceles reducidos. La resolución fue publicada este lunes y contempla una nómina de 33 modelos autorizados, pertenecientes a 18 marcas.
El objetivo es facilitar el acceso a este tipo de vehículos ecológicos y acompañar la transición hacia un parque automotor con menor impacto ambiental. La medida incluye tanto unidades destinadas al uso particular como a flotas corporativas.
¿Qué modelos estarán disponibles?
Entre las marcas y modelos destacados se encuentran:
- Toyota: Corolla Cross, Prius, RAV4, Hilux MHEV
- Ford: Kuga, Maverick, F-150
- Volkswagen: Taos, Golf GTE
- Renault: Kangoo ZE
- Mercedes-Benz: EQB, EQE
- BMW: i4, X5 xDrive45e
- Audi: Q5, e-tron
- BYD, Chery, Geely, Hyundai, entre otras.

Los modelos incluyen vehículos 100% eléctricos, híbridos enchufables (plug-in) y microhíbridos, abarcando desde autos familiares hasta pick-ups y SUV.
Beneficios impositivos
Las unidades importadas gozarán de aranceles reducidos o directamente exentos, en función del tipo de motorización y el origen del vehículo. Esta política forma parte de una estrategia más amplia para estimular la industria de vehículos de bajas emisiones.
Además, algunas jurisdicciones ofrecen beneficios adicionales, como descuentos en patentes, exenciones de impuestos o prioridad de estacionamiento para vehículos eléctricos.
Una política en expansión
Esta es la segunda etapa de un programa iniciado en 2021, que ya había permitido el ingreso de vehículos híbridos con beneficios fiscales. En esta nueva etapa se busca consolidar una oferta más amplia y diversa, con opciones accesibles para distintos segmentos del mercado.
Desde el sector automotor celebraron la medida, aunque advirtieron que aún se necesitan mejoras en la infraestructura de carga eléctrica y una mayor previsibilidad regulatoria para acompañar el crecimiento del sector.
